lunes, 9 de marzo de 2009

14 DE JUNIO, LOS HEROES DEL PUEBLO SON INMORTALES Por Bolívar Beltre


Cuando un 14 de junio, 48 años atrás, un ejercito irregular de dominicanos y extranjeros internacionalistas decidieron llegar del exterior al país con el claro objetivo de ponerle punto final a la dictadura encabezada por el sanguinario y diabólico Rafael Leonidas Trujillo Molina, entendían encarecidamente de que este país, esta nación, ejemplo libertario de America latina no podía continuar de rodilla frente al crimen de Estado, frente al terror oficial que mediante la violencia conculcaba los derechos civiles y políticos a todos los dominicanos.

Aquellos hombres de Constanza, Maimón y Estero Hondo, venían con mas sueños libertarios que fusiles, con mas amor por la libertad que proyectiles; es mas, no estaban seguros de un triunfo militar inmediato, eso lo podemos asegurar, pero si de que su sacrificio se convertiría en antorcha y que la misma iluminaría irremisiblemente los caminos de libertad de esta tierra duartiana. Y así fue.

Para ese entonces las oscuras sombras de la dictadura trujillista abarcaba los 48 mil 670 kilómetros cuadrados de patria. El asesinato político estaba a la luz del día. Bastaba con que en una familia existiera un solo opositor al régimen para que esa familia entera lamentara haber existido. Nadie estaba seguro. El crimen político asechaba en cualquier camino de las ciudades o los campos.

 El mar fue testigo mudo de los más atroces asesinatos. Las montañas, esas bellas montañas quisqueyanas alfombradas de tropicales flores no suma las lagrimas convertidas en rocíos, testigos fieles de los cadáveres abandonados de hombres y mujeres cuyo único delito era luchar por una patria mas justa, o por lo menos libre de el oprobio trujillista.

Llegaron llenos de patriotismo a cambiar esa lamentable situación.

No eran ignorantes. Sabían a que venían y a que tenían que enfrentarse. Con que valor e hidalguía lo hicieron. No se doblegaron. Nunca jamás. El mundo, a través de esos mártires de junio, conoció del valor y la entereza del dominicano. Claro no de un dominicano cualquiera sino de aquellos de los que nunca han mancillado el nombre de su patria, de los dominicanos que nunca han perdido la fe en nuestra soberanía e independencia, de dominicano que no se han puesto de rodilla frente a los tiranos y opresores del pasado y del presente.

En junio fue. Pero pudo haber sido un mes cualquiera del año. Pero como quiera iba a ser. Y saben porque, porque los dominicanos en el transcurso de nuestra historia han dado muestra de decir presente mas temprano que tarde cuando la patria los llama.

Y acude. Acude con valor, con entereza y decisión. Y de que forma. Muchas páginas de la historia universal dan cuenta de la intrepidez de los hombres y mujeres nacidos en estas benditas aunque maltratas tierras.

No importa que los que han estado y están en la actualidad gobernando poco le importe esta fecha.

No la necesitan. Han logrado el objetivo de vivir y disfrutar el sacrificio de otros. Opero no importa. El pueblo, como siempre observa y en silencio apunta con el “lápiz” de la historia “en el librito de los recuerdos” porque aunque hayan quienes no lo crean, no solo será en el juicio final, aquí en estas dominicanas tierras también un día será el llorar y crujir de dientes. Ese día los mártires de Junio y todos los mártires de nuestra patria se levantaran de sus tumbas reencarnados en el pueblo humilde, en el pueblo trabajador y le pasaran facturas a los que olvidan viviendo el presente. Que nadie le quepa dudas. He dicho.

No hay comentarios: